miércoles, 1 de abril de 2015

Internet de las cosas, la nueva revolución industrial

Hace algunos años podíamos ver en las películas, series y caricaturas de televisión un futuro lleno de ciencia ficción. En ese momento parecía inalcanzable. Actualmente, ese mundo de grandes avances científicos y tecnológicos nos acompaña día a día y apenas nos damos cuenta de ello.

Uno de esos avances es Internet de las Cosas (lnternet of Things, IoT). Esta tercera ola de Internet, como se la conoce, nos brinda una realidad nueva y conectada, que alcanza más dispositivos y objetos que nunca, y transforma nuestra manera de vivir, trabajar, comprar y divertirse. Es un cambio en todos los aspectos de la vida cotidiana.

El IoT ha tenido una gran explosión de popularidad debido a que los materiales de producción y conexión, como sensores, procesadores, memorias e incluso Internet, son cada vez más baratos y accesibles. Por eso, las alianzas empresariales abren nuevas posibilidades para crear productos y servicios que se conecten a la red y que brinden ventajas para que sus clientes puedan mejorar su estilo de vida.

¿Dónde podemos encontrar IoT? La respuesta es sencilla: en todos lados. Seguramente, la mayoría ya tuvo contacto con alguno de estos objetos. Entre los primeros dispositivos que aparecieron, y que cada vez son más comunes, están los wearables (lentes, relojes, ropa, pulseras deportivas) y los de automóviles (Bluetooth, GPS, WiFi, entre otros).

También está en nuestros hogares. Existen electrodomésticos, luces, termostatos y calentadores de agua que se regulan según la configuración de cada usuario. Incluso, y como un gran avance, hay dispositivos conectados para procurar la salud, prevenir enfermedades y ofrecer todo tipo de recomendaciones para una vida más sana.

En cuanto a los servicios públicos, la infraestructura urbana emplea recursos como semáforos, luces inteligentes o estacionamientos automatizados. Ante estos avances, las ciudades conectadas (aunque aún son proyectos ambiciosos) representan un futuro no muy lejano con grandes beneficios sociales, económicos y hasta ecológicos (la organización sin fines de lucro The Climate Group calcula que combinar lámparas LED para vías públicas con controles electrónicos reduce entre 50% y 70% las emisiones de CO2).

El IoT también se está transformando en una pieza clave para acrecentar los negocios de diversas industrias, al mejorar la eficiencia en la fabricación de diferentes productos y la automatización de un sinnúmero de servicios. Gracias al IoT, las compañías de hoy pueden, por ejemplo, identificar distintos tipos de sensores que podrían desplegarse para mejorar el entorno del consumidor, al tiempo en que generan y registran datos sobre esos usuarios, lo que interviene en las decisiones de compra, en sus procesos de producción y -de paso-, en su desarrollo y crecimiento.-