Hace
diez años, si mencionó el término “inteligencia artificial” hay una posibilidad
de que se haya reído de sí mismo. Para la mayoría de la gente, este término les
recordaría a máquinas inteligentes de ciencia ficción que el día de hoy son una
realidad.
La
tecnología de Inteligencia Artificial es un eje fundamental de la
transformación digital que tiene lugar hoy en día a medida que las
organizaciones se posicionan para capitalizar la cantidad cada vez mayor de
datos que se generan y se recopilan.
El
exceso de datos ha llevado a intensificar la investigación sobre formas en que
se puede procesar, analizar y actuar. Las máquinas se adaptan mucho mejor a los
humanos en este tipo de trabajo, el foco estaba en las máquinas de
entrenamiento para hacer esto de la manera más “inteligente” posible.
El
concepto de lo que define a AI ha cambiado con el tiempo, pero en el fondo
siempre ha existido la idea de construir máquinas que sean capaces de pensar
como humanos.
Después
de todo, los seres humanos han demostrado ser especialmente capaces de
interpretar el mundo que nos rodea y utilizar la información que recogemos para
lograr el cambio.
Por lo
tanto, puede pensarse que la inteligencia artificial simula la capacidad de
pensamiento abstracto, creativo y deductivo, y particularmente la capacidad de
aprender, utilizando la lógica digital y binaria de los ordenadores.
La
aplicación de la neurociencia a la arquitectura de sistemas de TI ha llevado al
desarrollo de redes neuronales artificiales, y aunque el trabajo en este campo
ha evolucionado durante el último medio siglo, solo recientemente han estado
disponibles computadoras para hacer la tarea al día.
La
realidad actual es el acceso a herramientas especializadas que logran una
verdadera transformación digital y éxito de las organizaciones que aplican este
tipo de plataformas.
Los
temores reales de que el desarrollo de la inteligencia que es igual o superior
al nuestro, pero que tiene la capacidad de trabajar a velocidades mucho más
altas.
Fuente:
Dell EMC