La Ley de Moore de Intel y las innovaciones relacionadas están llevándonos hacia la perfecta integración de la informática en nuestro día a día. Esta visión de un futuro sin fin e interconectado trae retos y beneficios claros. Entre otros aspectos, la privacidad y la seguridad aparecen como preocupaciones persistentes y crecientes.
Pero en la lista de los beneficios puede mencionarse que los objetos son cada vez más inteligentes e indispensables. La tecnología de la computación percibe nuestras necesidades y nos convierte en seres más productivos. De hecho, el mercado de la tecnología está reinventándose día tras día. Desde la creación del primer procesador, hace 44 años, Intel ha trabajado para desarrollar microprocesadores más rápidos y más poderosos que son, al mismo tiempo, más pequeños y cada vez más accesibles, de acuerdo con la Ley Moore – que cumplió 50 años en 2015.
Actualmente, los procesadores más modernos -con solamente 14 nm- pueden realizar operaciones muy sofisticadas y están presentes en diversas áreas como la meteorología, la aviación, la física nuclear y la ingeniería. Al igual que en dispositivos que los usuarios utilizan en su hogar, en su lugar de trabajo o mientras estudian. “En 1965, Gordon Moore predijo lo que luego marcaría el ritmo de nuestra revolución digital moderna. Dispositivos con procesadores Intel ofrecen un rendimiento excepcional, con una larga duración de batería y una óptima experiencia. Es un increíble salto hacia adelante”, afirmó Rocío Posadas, Gerente de Consumo de Intel para América Latina. "El objetivo de Intel es proporcionar un increíble rendimiento para todos los dispositivos tecnológicos del mercado, que combinen comodidad, movilidad, velocidad y conectividad”.
A partir de la observación cuidadosa de una tendencia emergente, Moore extrapoló que la computación incrementaría exponencialmente su poder de alcance y la disminución en el costo relativo. La idea, conocida como la Ley de Moore, se convirtió en regla de oro para la industria electrónica y fue un trampolín para la innovación. Incluso hoy, 50 años después, el impacto y los beneficios duraderos se hacen sentir de muchas maneras.
Impacto económico
Rendimiento-poder y costo son dos factores clave para el desarrollo tecnológico. A medida que más transistores encajan en espacios más pequeños, el poder de procesamiento se incrementó y la eficiencia energética mejoró. Todo ello a un costo más bajo para el usuario final. Este desarrollo no sólo mejora las industrias existentes e incrementa la productividad, sino que ha dado lugar a nuevas industrias, impulsadas por la informática barata y de gran alcance.
Impacto Tecnológico
La observación de Moore transformó la informática de una empresa rara y cara en una necesidad generalizada y asequible. Toda la tecnología informática moderna que conocemos y disfrutamos surgió de las bases establecidas por la Ley de Moore. Desde la propia Internet, hasta las redes sociales y el análisis de datos moderno; todas estas innovaciones se derivan directamente de Moore y sus hallazgos.
Impacto social
La computación de bajo costo, omnipresente a nuestro alrededor, está cambiando fundamentalmente la forma de trabajar, jugar y comunicarse. La fuerza fundamental de la Ley de Moore ha impulsado avances en las ciudades modernas, el transporte, la salud, la educación y la producción de energía. De hecho, es muy difícil imaginar lo que nuestro mundo moderno podría ser sin la Ley de Moore. El camino por delante Como un metrónomo del mundo moderno, desde hace 50 años la predicción de Gordon Moore ha marcado el ritmo de la innovación y el desarrollo. Esta previsión ha sentado una base fértil de la que toda la tecnología moderna podría surgir, incluyendo el amplio aumento de la digitalización y la electrónica personal. Intel