En los últimos tiempos, nos hemos encontrado con dos nuevos términos acuñados dentro del ecosistema virtualizado, infraestructura convergente e infraestructura hiper-convergente (HCIA). ¿Pero qué son y cuáles son las diferencias entre ambos conceptos?
Para empezar, ambas variantes aportan una nueva manera de consumir los recursos en las organizaciones de IT. Hasta ahora lo más habitual era disponer de infraestructura asociada a un proyecto determinado (la infraestructura para el CRM, la infraestructura para el ERP, etc) y además contábamos con diferentes grupos organizativos dentro de IT, encargados de gestionar por separado cada uno, las capas que componían la solución, es decir, típicamente las capas de computación, comunicación y almacenamiento.
Con la llegada de la virtualización, se ha ido progresivamente imponiendo un modelo en el que se crean pooles compartidos de computación, comunicaciones y almacenamiento, y dentro de esos pooles se asigna la ejecución de las aplicaciones, mientras que disponemos de un administrador de toda la infraestructura virtualizada, huyendo por tanto de los silos.
Así, entendemos por infraestructura convergente aquella que nos permite agrupar múltiples componentes (típicamente los mencionados cómputo, comunicaciones y almacenamiento) en una única infraestructura empaquetada con una capa de gestión común.
En cuanto a las diferencias, aunque no hay un consenso universal, la diferencia más extendida es que mientras en la infraestructura convergente aun sigue siendo posible administrar y asignar por separado los recursos de las 3 capas; en la infraestructura hiper-convergente, no es posible.
De hecho, en una infraestructura convergente teóricamente es posible aumentar los recursos de una sola de las capas manteniendo las otras constantes, mientras que en los modelos HCIA, cada incremento en una de las capas, lleva aparejado el crecimiento de las otras, pues el consumo mínimo es un bloque funcional que incluye los 3 elementos simultáneamente, consiguiendo un incremento lineal de los recursos disponibles y haciendo realidad un scale-out verdadero.
En los tres casos nos encontramos ante una nueva forma de crear y administrar los recursos para la nueva generación de entornos virtuales, en la que el administrador del mismo tiene un mayor control extremo a extremo del consumo de lo que antes, eran recursos independientes.
En la actualidad, la oferta de EMC es una de las más completas en este terreno, ofreciendo la solución más adecuada a las necesidades de cada cliente y su punto de madurez con respecto a la virtualización. Esta oferta está compuesta por:
- Sistemas Vblock comercializados a través de VCE, miembro de la federación de EMC, solución prepaquetizada desde fábrica en la que prima por encima de cualquier otro factor, el mínimo tiempo de despliegue de VMs.
- VSPEX, solución basada en arquitectura de referencia, la #1 según Gartner y con una presencia muy importante de nuestro ecosistema de partners.
- VSPEX Blue, ejemplo de HCIA conforme a las especificaciones de VMware con EVO: RAIL, al que EMC ha añadido unas extensiones que dotan a la solución de una mejor protección y seguridad.
¿Cuál es la solución más adecuada a mis necesidades? La verdad es que no hay una respuesta única y como viene siendo habitual en EMC, lo que prima es la capacidad de elección del usuario, para que así pueda seleccionar libremente aquella solución que más se adapta a sus necesidades específicas.
Si es cierto, que uno de los factores que podrán inclinar la balanza hacia un lado u otro es si la situación en la que se encuentre el cliente encaje más en lo que se conoce en términos anglosajones como “greenfield” o “brownfield”. Es decir, si tenemos que mantener compatibilidad con los sistemas anteriormente desplegados en nuestro CPD o disponemos de un grado de libertad total en la puesta en marcha de esta nueva infraestructura. E-Blog de EMC EspañaE-Blog de EMC España
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