Cada hora se venden más de 16 mil teléfonos inteligentes en América Latina; la región tuvo un 82% de participación en el rubro de smartphones durante el tercer trimestre de 2015
América Latina enfrenta grandes retos en vista de que la desaceleración de la economía mundial ha permeado en las economías de nuestra región, afectando con ello el mercado de los dispositivos móviles.
Según datos de la consultoría IDC, el crecimiento de ventas de smartphones en América Latina (en unidades) en 2014 fue de un 35% comparado con 2013 pero bajó a tan solo 4% en 2015, en comparación con 2014.
Y es que a pesar del aumento en el uso de teléfonos móviles se ha incrementado en América Latina para dejar de ser un artículo de lujo y transformarse en una herramienta de uso común, el efecto de la desaceleración económica global afecta en la tasa de renovación de smartphones por parte de los consumidores.
La tendencia muestra en general que las personas promedio reemplazan su teléfono móvil cada 1 o 2 años; sin embargo, y debido a la condicionante económica mundial, el consumidor final ha alargado el periodo de tiempo de esta tendencia.
El 2016 presenta un interesante escenario para la industria, cuando se espera que se reactive la renovación de equipos.
La desaceleración no paraliza los ciclos de innovación de los fabricantes, por el contrario, los avances tecnológicos y la innovación en smartphones siguen avanzando a pasos agigantados. Lo percibimos todos los días: el público ha visto el lanzamiento de nuevas tecnologías en pantallas y cámaras, mayor almacenaje de memoria y mejoras en casi todas las funcionalidades de los smartphones.
Gracias a la misma tecnología, los usuarios están al tanto de todos estos avances y notan el momento en que su equipo queda rezagado, por lo que se genera la necesidad de cambio. De esta manera se forma una tensión de actualización tecnológica que finalmente impulsa la compra.
Un smartphone a la medida del usuario
Vivimos en una era en la cual nuestros smartphones se han convertido en dispositivos móviles indispensables, gracias a la mejora en la experiencia de uso, así como en el incremento en los servicios y aplicaciones que proveen. De tal manera, los teléfonos inteligentes han logrado desplazar a los llamados feature phones, liderando los mercados.
Basta considerar que durante 2015, cada hora se venden más de 16 mil teléfonos inteligentes en América Latina y tan solo este mercado registró un 82% de participación en el rubro de smartphones durante el tercer trimestre de 2015. Incluso, esta cifra llega a ser mayor de 90% en algunos países de la región, según cifras de IDC.
El usuario móvil demanda dispositivos que se ajusten a sus necesidades inmediatas; de esta forma se vuelve cada vez más selectivo ante la variedad de modelos que se le presentan.
Aquí se percibe una clara predilección por equipos con pantallas de mayor tamaño, cuando anteriormente existía una barrera psicológica con los teléfonos de mayor formato, pues eran considerados poco operativos e incómodos de sujetar o guardar en el bolsillo.
Aunado al paulatino incremento en el tamaño de pantalla de los smartphones, se observa un fenómeno interesante en los jóvenes, que también buscan adquirirlos debido al aumento en la cantidad y calidad de contenidos móviles consumidos al ver películas, juegos e imágenes en este tipo de pantallas.
Pese a esto, un segmento importante se establecerá en los smartphones con pantallas entre 5 y 5.5 pulgadas, porque estos modelos aún caben en el bolsillo o bolso y brindan una muy buena calidad de imagen.
Paralelamente a equipos de mayor tamaño, el consumidor exige rapidez en conexión, navegación y respuestas de los equipos en menor tiempo.
Las últimas generaciones de dispositivos móviles incorporan procesadores más rápidos con núcleos Octacore y prontamente Decacore, que procesan más volumen de contenidos simultáneos y responden a la necesidad de mayor velocidad.
Adicionalmente, se percibe la demanda de mayor almacenaje de memoria así como de mejores cámaras que logren ángulos más amplios e incluyan flash para optimizar la calidad de la foto para las selfies -que llegaron para quedarse.
Como consecuencia de la cantidad de funciones y componentes que caracterizan a los smartphones, se plantea el desafío para el desarrollo de baterías que permitan un alto consumo de contenido. Sin embargo, todavía se percibe una evolución un poco más lenta en esta área. No obstante, la industria móvil ya tiene considerado el lanzamiento de futuras baterías con menor tiempo de recarga.
Tablets y wearables
Pero los smartphones no son los únicos dispositivos móviles que actualmente marcan la preferencia de los usuarios; también las tablets y los wearables (dispositivos vestibles) se han incorporado con gran aceptación en la vida móvil.
En cuanto a las tablets, aunque ya no veamos más un crecimiento del segmento en América Latina, todavía es un mercado interesante para consumo de todo tipo de contenidos, tanto para el ámbito laboral como de entretenimiento, brindando al mismo tiempo un nivel de portabilidad que una laptop no tiene.
Observamos una tendencia de que las tablets 2 en 1 (con teclado desmontable) son las que cada vez más cautivarán al usuario móvil por su practicidad.
En relación a los wearables, hace un tiempo experimentamos la primera ola de esta tendencia con modelos más grandes, pesados y difíciles de manejar por sus interfaces poco amigables.
Los primeros relojes inteligentes estaban orientados a usuarios más tecnológicos y principalmente hombres. Hace casi un año, llegó la segunda ola de smartwatches con el estilo y diseño de un reloj tradicional que incluían pulseras reemplazables de colores para personalizarlos, monitoreo de funciones diarias y oscilaciones de emociones, entre otras características.
Si durante la primera ola el desafío era atraer a usuarias mujeres, ahora su uso es más homogéneo. Son más simples, finos y para uso cotidiano.
Ya sea a través de smartphones, tablets o relojes inteligentes, la movilidad es parte de nuestras vidas. Mundo Contact