Convertirse en negocio digital es un objetivo valioso, pero las organizaciones necesitan entender cómo eso afectará sus operaciones de TI. Chris Riley comparte lo que los departamentos de TI necesitan saber.
Si bien hay una gran cantidad de publicidad positiva en estos días alrededor de la creación de una estrategia de negocio digital, el efecto que esta tendencia tendrá sobre cómo las organizaciones de TI están estructuradas y operan diariamente es probable que sea profunda.
La mayoría de las organizaciones empresariales de TI actuales se estructuran en torno a varios silos. Los desarrolladores suelen tener diferentes niveles de competencia con varios lenguajes de programación, mientras que los equipos de infraestructura de TI con la tarea de soporte –tanto en aplicaciones personalizadas, como empaquetadas– están divididos en silos aislados de cómputo, almacenamiento y recursos de red. El resultado final es que, si bien solo puede tomar un par de minutos suministrar una máquina virtual, todavía lleva días y semanas suministrar todos los recursos asociados con almacenamiento y redes.
La conciencia de lo que significa crear una verdadera estrategia de negocio digital está obligando a muchas organizaciones de TI a enfrentar el hecho de que no son particularmente ágiles. De hecho, podría decirse que es esta falta de agilidad lo que ha estimulado a muchos desarrolladores a dirigir la carga final torno a la organización interna de TI. Convencidos de que los proveedores de servicios de nube son más sensibles a sus necesidades, muchos desarrolladores abogan fuertemente por un modelo de computación de primero nube, que pretende privar de voto a la organización interna de TI.
Pero el empleo de los servicios de nube pública a menudo solo sirve para exacerbar toda una serie de cuestiones de cumplimiento, seguridad y rendimiento de la aplicación. En esencia, conforme las cargas de trabajo de aplicaciones se vuelven más distribuidas a través de entornos de computación de nube híbridos, el costo total de la gestión de esas cargas de trabajo a través del tiempo solo termina volviéndose más caro.
Para hacer frente al reto de agilidad inherente a la creación de una estrategia de negocio digital, las organizaciones de TI inteligentes están adoptando una variedad de formas de infraestructura definida por software (SDI). Independientemente de cómo estas plataformas SDI se manifiestan, el objetivo es la gestión de TI a un nivel más alto de abstracción que hace que sea más sencillo gestionar coherentemente todos los recursos de cómputo, almacenamiento y redes conectados a una carga de trabajo específica de la aplicación. Una vez que eso se ha logrado, entonces se hace mucho más fácil emplear un enfoque DevOps integrado para gestionar TI.
Por supuesto, eso significa que la organización de TI en sí tendrá que cambiar la forma en que está organizada. En lugar de feudos en competencia que operan en aislamiento, los equipos de TI estarán cada vez más organizados en torno a las clases de cargas de trabajo de aplicaciones que necesitan ser desarrolladas, desplegadas y mantenidas. Los cambios al entorno de TI que se están haciendo más rápido y con más furia que nunca, gracias al ascenso de las metodologías ágiles de desarrollo, será mucho más fácil de absorber si la organización de TI en su conjunto está trabajando fuera de un fondo común de información. Esto significa que, en lugar de tener herramientas aisladas de monitoreo de rendimiento de las aplicaciones, que proporcionan ninguna visibilidad de la infraestructura de TI subyacente, las organizaciones de TI tendrán que migrar finalmente hacia lo que algunos analistas de la industria están empezando a llamar marcos de optimización de servicios de centros de datos.
Nada de esto va a suceder de la noche a la mañana. Volverse un negocio digital es un viaje; un viaje que abarca todo, desde la forma en que las aplicaciones se construyen hasta cómo una organización de TI responde al inevitable incidente. Pero antes de que una organización de TI comience por ese camino, sería un buen consejo obtener una comprensión sólida de todas las nuevas herramientas y ajustes en los procesos que van a ser necesarios para convertir un lema de negocio digital en una realidad cotidiana. Una estrategia de negocios digitales