Coincidiendo con los siete años de celebración desde que WhatsApp fue creada, la compañía acaba de anunciar la disponibilidad de la versión oficial del servicio para los sistemas operativos de escritorio, tanto para Windows, como equipos Mac OS.
A pesar de que desde hace algunos meses ya era posible utilizarlo bajo navegador web, es evidente que resulta mucho más cómodo su uso como aplicación nativa, aportándonos un mayor número de funcionalidades, similares a las que habitualmente manejamos en la versión del móvil.
Sin duda, es una gran noticia el que los mil millones de usuarios que actualmente utilizan el servicio a nivel mundial, puedan iniciar sus conversaciones en el móvil y continuarlas en la computadora, o viceversa. Basta con instalar la versión de la página oficial de WhatsApp y escanear el código QR que aparece en pantalla desde la aplicación de WhatsApp del smartphone. De esta forma, la aplicación hace login de manera automática.
Las notificaciones se habilitan por default, y como venía sucediendo con la versión de WhatsApp para navegador, es necesario que el smartphone esté conectado a Internet, ya sea mediante datos o por Wi-Fi para que la versión de escritorio funcione. Es un aspecto de seguridad para impedir que otros usuarios puedan suplantar identidades de otras personas cuando compartan el ordenador.
Resulta curioso observar cómo a pesar de que resulta una herramienta de comunicación muy similar a Skype, su recorrido ha sido muy distinto, pues en primer lugar fue desarrollada para su uso en dispositivos móviles, y posteriormente, se ha adaptado a ambientes de PC de escritorio.
También la función de poder realizar llamadas desde el dispositivo móvil, es algo que ha llegado en el último año, privilegiando otros aspectos en la comunicación entre usuarios, como es el hecho de efectuar ‘chats’ de personas para comunicarse en tiempo real.
Algunas limitantes
Las nuevas versiones para Windows y Mac, por el momento, tienen ciertas limitaciones, como es el hecho de no poder compartir determinados formatos de documentos. Tampoco aparece la opción de compartir contactos, o incluso la ubicación. Lo más llamativo es que tampoco contempla la posibilidad de realizar llamadas, factores que sí permiten sus principales competidores como Skype, Line, WeChat y Telegram.
Facebook, como actual propietario de WhatsApp, parece estar dando los pasos lentamente para “ir a la segura”. La compañía es consciente de que el gran éxito cosechado entre los usuarios para su uso personal, podría trasladarse al ámbito profesional, lo que le aportaría mayores beneficios. Pero también puede llegar a jugar en su contra y crear mala imagen si se convierte en un factor de profusión de malware para los ambientes corporativos, o permitir serias brechas de seguridad.
De este modo, el servicio de mensajería instantánea que fue adquirida por Facebook en el 2014 por 22 billones de dólares, debe medir bien la repercusión de los pasos que vaya dando en este terreno, puesto que el mercado B2B es más exigente que el de ambientes domésticos.