Los Centros de Datos Definidos por Software (SDDC) han comenzado a consolidarse como una alternativa real para aquellas empresas de América Latina que deben gestionar grandes volúmenes de datos en red, utilizar servicios de software en la nube, reducir sus costos operativos y de adquisición de tecnología, o ganar agilidad en sus operaciones diarias, a través de iniciativas de movilidad, por ejemplo.
Esta tendencia propone cambiar el esquema tradicional de dependencia en el hardware en los sistemas empresariales por uno donde toda la infraestructura y servicios son entregados a través de internet. Así, la gestión de la red y de todos los recursos necesarios para su operación ahora se realiza a través de aplicaciones web, lo que permite optimizar la red y los equipos físicos –desde servidores hasta switches y discos duros.
“Podemos comparar lo que sucede ahora con los SDDC con aquello pasó con la virtualización de servidores hace algunos años, cuando las compañías entendieron que aquello que hacían con 100 servidores podían realizarlo con solo 10. Entonces, bajaron los costos de electricidad, de enfriamiento y el mismo espacio físico. Esto mismo está sucediendo con los discos, con las redes y con todo aquello que forma el datacenter”, comenta Christian Plata, gerente de Ingeniería para el Norte de Latinoamérica de VMWare.
Las empresas están viendo la necesidad de tener sistemas que sean más flexibles, que les permitan reducir los costos, los recursos y el tiempo que requieren para administrar una plataforma propia. “Las compañías están buscando esta clase de soluciones, que les brindan altos niveles de servicio, en la nube y donde pueden encontrar economías de escala mucho más amplias, porque están compartiendo infraestructura con otras empresas. Todo con altos niveles de seguridad”, agrega Luis Núñez, gerente para Colombia, Ecuador y Venezuela de EMC.
Lo cierto es que, gracias a la expansión de tecnologías en la nube, las empresas están pasando de simplemente confiar labores operativas –como sus correos electrónicos– a gestionar aquellas herramientas de software que tienen un alto impacto en sus negocios. Estas comprenden soluciones de respaldo, almacenamiento y gestión integral, como plataformas y bases de datos en SAP y Oracle.
Los SDDC también pueden ofrecer entornos de desarrollo, que ayudan a que las organizaciones migren sus herramientas propias a entornos en línea. Al final, el dueño del software es quien toma la decisión sobre cómo administrarlo.
Entre ventajas y retos
Los centros de datos definidos por software ofrecen, ante todo, una velocidad y flexibilidad en su creación y despliegue que difícilmente igualan las tecnologías basadas en hardware tradicional. Más en regiones como América Latina.
Para no ir muy lejos, de acuerdo con Plata, las empresas de la región llegaban a esperar hasta 45 días para contar con los servidores que necesitaban para alojar sus herramientas, entre los trámites de nacionalización del hardware y la adecuación del equipo a las necesidades puntuales del negocio.
Ahora, con los SDDC, todas las aplicaciones que requiere la compañía están un mismo lugar. Tan sencillo como crear máquinas virtuales, bases de datos y asignar las capacidades de hardware que debería tener, lo que toma algunos minutos. Esto permite estar a la altura del negocio y revolucionarlo mucho más rápido.
A esto se suma la posibilidad de realizar procesos muy demandantes en sistemas corporativos, de forma fácil, rápida y sin interrumpir la operación. Por ejemplo, las pruebas de recuperación de desastres suelen tomar varios días porque, además de ser un proceso manual, al reiniciar los sistemas suele haber componentes que no funcionan como antes. “Ahora, puedes virtualizar y simular un evento de desastre para probar si funciona o no. Ya no es necesario hacerlo una vez al año sino que se puede hacer a diario”, comenta Plata.
Para Núñez, la adopción de los SDDC atraviesa por un momento de transición pues, como es lógico, las grandes organizaciones no se pueden mover de un día para otro hacia la nube. “Ahora vemos con fuerza el concepto de la nube híbrida, donde han comenzado a gestionar por internet algunos servicios del centro de datos que no comprometan la operación, como el correo. A partir de este momento, exploran los diferentes modelos de servicio antes de mover sus aplicaciones críticas”, dice.
Ahora bien, para que los Centros de Datos Definidos por Software logren consolidar su propuesta entre las organizaciones latinoamericanas aún existen varios inconvenientes que deben superar.
Para Christian Plata, de VMware, el mayor reto está en demostrarles a las empresas la forma como puede apoyarlos en su operación para reducir costos y elevar sus ingresos. “Es un concepto muy nuevo en tecnología y lo más difícil será que la gente comience a comprenderlo y adoptarlo. Creo que tendrá la misma curva que vimos con la virtualización de servidores, que comenzó por servicios básicos, como los servicios de impresión. Hoy estamos virtualizando herramientas ‘core’, como SAP y Oracle”, dice.
En la medida que observan su utilización en compañías líderes de sus sectores, las otras empresas comienzan a adoptarlo. Esto está pasando, por ejemplo, en el sector bancario donde muchos bancos están evaluando el uso de estas soluciones porque han visto que otras instituciones financieras ya las implementan, aunque sean sus competidoras. Este caso además demuestra que la seguridad e integridad de los datos comienza a ser una prueba superada, ante los altos estándares que utilizan estas tecnologías para encriptarlos y protegerlos.
Algunos analistas consideran que el mayor inconveniente está en la reticencia al cambio y al temor que aún existe al interior de las organizaciones de utilizar la nube para funciones críticas del negocio. Tristemente aún tienen mucho peso algunos riesgos inherentes a internet, que van desde la pérdida de datos durante la migración hasta la vulneración de los datos de la compañía por parte de personas externas.
América Latina aún está un poco rezagada por la falta de infraestructura que aún viven algunos países. “Los canales de comunicación en la región aún son muy costosos, lo que puede retrasar la decisión de clientes pequeños y medianos de irse a la nube, pues no tienen como costear sus conexiones”, concluye Luis Núñez, de EMC.