Las nuevas tecnologías y tendencias que están en el mercado, tales como la nube en cualquiera de sus ofertas- pública, privada e híbrida-, dispositivos y cosas cada vez más conectadas a internet mediante el Internet de las Cosas, así como la gran ola de información que éstas generan con el Big Data, le exigen cada día más a CIOs y a todo el equipo dentro de la organización en el área de las Tecnologías de la Información.
Toda esta presión irá aumentando conforme estas tendencias tomen fuerza. Se estima que el Internet de las Cosas, por ejemplo, contará con más de 26 mil millones de dispositivos conectados para 2020, y los proveedores de productos y servicios generarán ingresos adicionales por encima de los $300 billones de dólares en este mismo período.
Sumado a esto, el mercado de la nube pública, incluyendo SaaS, PaaS e IaaS, será de unos 108 billones de dólares al año. Todos estos cambios no sólo afectarán en la vida cotidiana y en el modo de mover el negocio, también tendrá un alto impacto dentro en los Data Centers.
Actualmente, la nube ya es parte de la estrategia corporativa, ya sea que la tengan adoptado o, al menos, está en los planes de la mayoría de las compañías, incluyéndose también dentro de sus estrategias de seguridad, migrando los servicios total o parcialmente, y elegir entre diferentes niveles de tercerización.
Algunas compañías prefieren mantener los datos más sensibles del negocio dentro de un Data Center personal y almacenar el resto en la nube. De cualquier modo, hay una creciente demanda de virtualización que hace que las empresas que ofrecen servicios en la nube dependan cada vez más de los centros de datos, que a su vez requieren de soluciones integradas y confiables para garantizar la continuidad de las operaciones.
Entonces, el cloud computing seguirá teniendo una amplia influencia directa en el aumento de los estándares de calidad y seguridad de los Data Centers no sólo en el mercado local, sino en toda América Latina. Dentro de esta misma dirección, el Big Data y el análisis de datos no estructurados está ayudando a las empresas una mejor toma de decisiones, entendiendo mejor a sus clientes y consumidores.
Actualmente, la tecnología permite el análisis en tiempo real de los datos sin importar su volumen, variedad y a una velocidad como nunca antes lo habíamos logrado, cambiando el flujo de trabajo de los Data Centers, volviéndose una parte crucial para la optimización y programación del análisis de datos, el aumento de eficiencia, productividad y reducción de costos.
Un poco menos sólida, pero con aplicaciones bastante prometedoras, el Internet de las Cosas también tendrá un impacto significativo sobre la demanda de los Centros de Datos. Al conectar dispositivos remotos que proporcionan un flujo de datos entre ellos, permitiendo el acceso a todo un mundo de información sobre la situación, ubicación y funcionalidad, por mencionar sólo unos ejemplos del potencial que tiene esta nueva tendencia dentro de la empresa.
El número de dispositivos y el volumen de datos para ser transmitidos exigirá cambios en la arquitectura de los Centros de Datos. El gran reto será lograr el equilibrio entre los datos en diferentes Data Centers al mismo tiempo, controlando el flujo de datos y cubriendo las demandas de la infraestructura.
Entonces, las nuevas tendencias, y en consecuencia, el enorme incremento en el trafico, la creación y almacenamiento de datos, dejan al Centro de Datos en apuros al intentar adoptar lo nuevo del mercado pero sin que éstas impacten de manera importante en la infraestructura. Sin embargo, es un hecho que toda esa oleada de información tendrá que ser almacenada en ellos.
Para las empresas especializadas en Data Centers, el mantenerse a este margen de innovación sin perder la agilidad, disponibilidad y continuidad de negocio, será un diferenciador extremadamente importante para destacarse dentro de este mercado cada día más competitivo y que día a día cambia de manera constante.
Las empresas que dominen estas prácticas para cubrir toda esa demanda de los Centros de Datos, que sean cada vez más confiables y sostenibles desde punto de vista operacional y adaptable a los tipos de demanda y equilibrio, serán aquellas que estén un paso adelante en la agilidad e innovación.