viernes, 9 de enero de 2015

7 consejos para maximizar el cloud computing

El Cloud se ha convertido en una realidad en el entorno empresarial actual. Pero esto no significa que la nube suponga un cambio de paradigma radical que obligue a elegir entre las tecnologías cloud o los sistemas on-premise desplegados en las instalaciones del cliente, sino más bien todo lo contrario, pues se ha demostrado que la combinación de ambas modalidades tecnológicas puede resultar muy beneficiosa para las organizaciones, en tanto en cuanto las tecnologías cloud son capaces de impulsar su flexibilidad y ampliar sus posibilidades.

Como modelo de negocio del futuro que es, la nube se presenta de diferentes maneras y para lograr todos los beneficios que aporta, las empresas deben buscar qué modalidad se ajusta más a sus necesidades o, de lo contrario, podrían crear complejidades innecesarias al negocio. Ante la tesitura de crear o apostar por nuevos procesos y aprovechar el potencial de los nuevos mercados las corporaciones deben sopesar y estudiar si una solución cloud podría no ser una alternativa más sencilla y escalable a un escenario on-premise.

En este proceso de análisis, y antes de tomar una decisión, se recomienda a las empresas tener en cuenta unas indicaciones para aprovechar al máximo las ventajas que ofrece el cloud computing en términos de retorno de la inversión, velocidad o facilidad de uso, entre otras, evitando el temido incremento de la complejidad en los procesos.
  1. Entre los puntos a tener en cuenta encontramos:
  2. Lograr que el usuario considere el Software como servicio (SaaS): la rapidez e inmediatez asociada a la nube en términos de innovación es incomparable con cualquier otro tipo de despliegue en la empresa. La experiencia del usuario es clave para aceptar el software desde la nube. En este sentido, y al igual que se cumple con los principios de diseño que reflejan la forma en que los humanos interactuamos con el software, las aplicaciones en la nube también deben ser coherentes, ajustándose y complementando al resto de aplicaciones desplegadas en la empresa con el objetivo de comunicarse correctamente con los procesos de negocio existentes.
  3. Establecer una buena estrategia de Plataforma como servicio (PaaS): Las organizaciones no tienen por qué renunciar a la utilización de las soluciones que tienen ya desplegadas, a las que pueden seguir enriqueciendo con nuevos add-ons y sobre las que desarrollar nuevas aplicaciones, por ejemplo, si adoptan una innovadora plataforma cloud. No obstante, existe el riesgo de que los desarrolladores hagan un mal uso de la plataforma y no aprovechen la naturaleza multitenant del sistema en su conjunto. Por poner un ejemplo, los comerciales necesitan acceder a cifras de ingresos y datos financieros clave, datos de compras, así como a información del estado de producción sin tener que alternar entre programas.
  4. Infraestructura como servicio (IaaS): aplicaciones en la nube. Partiendo de la base de que la transición a la nube en las empresas, por lo general, se realiza de forma gradual, es importante plantear una estrategia clara y bien diseñada que ofrezca la posibilidad de contar con una infraestructura cloud organizada de tal manera que no cree conflictos con las soluciones cloud. Aquí, por tanto, el reto pasa por lograr que la infraestructura esté capacitada para la nube y lista para la innovación, al tiempo que se trasladan las aplicaciones corporativas existentes a la Era Cloud.
  5. Mejorar la integración y definir responsabilidades. A mayor diversidad de productos de diferentes proveedores de software, mayor es la probabilidad de que las dificultades para la corporación aumenten. A pesar de esto, incluso si se utilizan varias soluciones cloud, deber ser posible ejecutar diagnósticos e informes, recopilar datos de medición y hacer frente a los mensajes de error a través de toda la gama de productos. Es aquí donde la integración debe ser coherente. Otro aspecto importante clave a tener en cuenta en este sentido pasa por aclarar y precisar quién se responsabiliza de una aplicación o aplicaciones para que la facilidad de uso no se vea comprometida.
  6. Seguridad: tener en cuenta dónde se almacenan los datos. Sobra decir que es crítico para una organización mantener la seguridad y la privacidad de los datos, entre otras cosas por el debate y las preocupaciones que surgidas en relación al caso de la NSA.
  7. Nube pública: multitenancy en el modelo híbrido. En este modelo el proveedor cloud opera una infraestructura y ofrece a los clientes acceso a las aplicaciones a través de Internet. El interés aquí se centra en la rentabilidad. La mayoría de los sistemas de software empresarial tienen una arquitectura mutitenant. Sin embargo, el objetivo de la mayoría de los proveedores de cloud pública es proporcionar la máxima escalabilidad, lo que limita la capacidad de sus clientes para adaptar sus procesos de negocio. La alternativa más orientada al cliente permite un amplio abanico de opciones de configuración, pero, en ambos casos, los clientes en general tienen prohibido el acceso al código del programa. Si esta opción estuviera disponible podría generar nuevos niveles de complejidad afectando de forma negativa a los ciclos de entrega, al rendimiento y a los tiempos de respuesta. Crear un modelo híbrido que garantice un alto grado de escalabilidad, una solución multitenant segura y opciones de configuración, puede ser una solución. No olvidemos que la esencia de la nube pública está en permitir a los clientes extender sus sistemas sin poner en peligro el código del programa del proveedor o ralentizar los ciclos de innovación.
  8. Nube privada: el modelo híbrido, primero en eficiencia. En la nube privada, las empresas se benefician de todas las ventajas de la nube, pero dentro de su firewall corporativo. La nube privada puede manejarse tanto internamente como por un proveedor de servicios cloud externo. Lo importante aquí es saber qué nivel de innovación se puede esperar y qué beneficios reales proporciona la nube privada al negocio. En la práctica, el enfoque más común es el modelo de nube híbrido, una mezcla de público y privado, y -como la experiencia demuestra- de las soluciones on-premise tradicionales.