jueves, 5 de noviembre de 2015

IoT, una revolución tecnológica sin precedentes

Cada vez más las conexiones a Internet serán entre máquinas y no entre personas, lo que hará que miles de millones de sensores y chips comuniquen los datos que registran

Hace 10 años era impensable el poder que tendría un pequeño bloque de cristal, metal y plástico: el smarthphone, el cual se ha convertido en el protagonista de una revolución tecnológica sin precedentes, la era del Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés).

El teléfono inteligente nos ha facilitado y afectado la vida en muchos sentidos, pero es solo uno de los miles de aparatos que se conectarán a la red y que acelerarán el desarrollo de los micro-sensores, ya que en el Internet de las Cosas los aparatos adquieren vida e inteligencia y se comunican con otros dispisitivos, desde el celular, el reloj e incluso nuestro propio cuerpo.

El Internet de las cosas, como fue bautizado en 1999 por el Auto-ID Center, con sede en el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), tiene como objetivo que la red de objetos que usamos en nuestra vida cotidiana esté interconectada.

Para 2020 se proyecta que el valor de mercado del Internet de las Cosas ascenderá a los 1,700 billones de dólares y Cisco prevé que habrá más de 50,000 millones de aparatos conectados en la red, mientras que la consultora McKinsey pronostica que el impacto económico de la industria podría alcanzar hasta 11 billones de dólares al año en la próxima década.
Según Huawei, en 2025 las aplicaciones de Internet de las Cosas tendrán una participación del 22% de las conexiones relacionadas con el estilo de vida inteligente.

Sin embargo, el Internet de las Cosas no es solo conectividad, pues plantea una estrategia por parte de los proveedores de servicios de telecomunicaciones, tanto para la gestión de enlaces entre dispositivos (machine to machine), como para crear una oferta de servicios para los usuarios finales.

De acuerdo con estadísticas de Alineum, especializada en coaching y creación de estrategias de crecimiento para empresas, un consumidor promedio tiene más de doce dispositivos en su entorno, entre aparatos electrodomésticos, computadoras, automóviles y aparatos de comunicación, pero actualmente, menos del uno por ciento de los dispositivos en el mundo están conectados, para 2020 se alcanzará el 17% (principalmente computadoras y teléfonos) y el restante 83% formará parte del llamado Internet de las Cosas.

En esta hiperconexión cada dispositivo tendrá una dirección de Internet, y con ello capacidad para comunicarse con otros objetos a través de WiFi, WiMax, RFID, 3G, LTE, Bluetooth, NFC, entre otros, es decir, el Internet colonizará cualquier cosa que se nos ocurra.

Cada vez más las conexiones a Internet serán entre máquinas y no entre personas, las cuales se enviarán un correo electrónico o mensajería instantánea, lo que hará que miles de millones de sensores y chips comuniquen los datos que registran, ayudando quizá a regular el tráfico de las ciudades, a medir el consumo de energía del alumbrado público, etc.

El Internet de las Cosas cambiará el mundo tal y como lo conocemos. Actualmente se encuentra en una 'fase temprana de desarrollo', por lo que en los próximos años seremos testigos de su potencial tecnológico que generará nuevos modelos de negocio en cinco categorías diferentes: smart wearable, smart home, smart city, smart environment, y smart enterprise.

IoT será la siguiente gran revolución tecnológica en el mundo. Cisco establece que como resultado de esta nueva tendencia se generarán 19 millones de millones de dólares de valor agregado en los próximos 10 años, tanto en el sector privado como en el público a nivel mundial.

Este panorama abre un nuevo universo en las relaciones y las interacciones entre las empresas y los consumidores. Además, la próxima revolución de Internet plantea un sinfín de ventajas, tales como:
  • Administración de grandes recursos
  • Optimización de la cadena de suministro
  • Efectividad de costos
  • Mejor atención e interacción con clientes
  • Mayor calidad de vida de las personas
  • Eficiencia e incremento en la productividad laboral
  • Mejora el acceso a la información, por mencionar algunas
Al respecto, María Velázquez, integrante de la división de Marketing de IBM, comenta que una de las operadoras de telecomunicaciones más grandes en México está usando la demanda de datos en tiempo real y los servicios de analítica de información para aumentar la capacidad de las antenas con el objetivo de proveer mejor señal a sus usuarios.

Esto implica que la señal no sea interrumpida o se vea afectada por la saturación de los datos, es decir que cuando en áreas existe congestionamiento vial y los usuarios comienzan a usar su smartphone, el operador telefónico a través de la demanda de datos, puede solicitar que las antenas potencien su operación en esa zona en específico.

Los desafíos en materia de seguridad

La conectividad universal plantea retos en materia de seguridad y privacidad de los datos. IDC estima que el 40% de los datos en el universo digital requieren algún tipo de protección, desde medidas de privacidad hasta datos totalmente encriptados. Sin embrago en México sólo el 47% de la información que requiere protección cuenta con ella.

En el ámbito de la seguridad el Internet de las Cosas lo ha cambiado todo, marcando un antes y un después, sin embargo, uno de los problemas de los nuevos dispositivos es que fueron diseñados para funcionar en el mundo físico y tienen conexión a redes privadas, que impiden incorporar medidas de seguridad una vez en el mercado.

iot-internet-cosas-movil-smartphoneLos expertos en IoT insisten en incorporar la seguridad en el dispositivo desde su diseño y fabricación para incluirla en el ciclo de vida del producto, es decir, introducir mayor protección en los sistemas de aplicaciones específicas de seguridad, a fin de evitar pérdidas a las empresas.

En este punto es importante tener una previsión de las futuras amenazas en esta evolución de Internet, para estar listos y administrar los equipos de manera segura. Un primer paso sería considerar las diversas categorías de dispositivos del IoT y sus tipos de riesgo cibernético.

Los especialistas destacan que mientras más controlables o autónomos sean los dispositivos del IoT, la intensidad de la amenaza aumenta porque los criminales son capaces de robar datos sensibles, insertar malware y, últimamente, realizar sabotaje del tipo 'comando y control'.

Si el Internet móvil provocó una revolución en la manera en que nos comunicamos, relacionamos y trabajamos, el Internet de las Cosas marcará un nuevo paradigma no sólo en la sociedad, sino también impactará de manera relevante en las organizaciones y en la economía global, al generar una nueva era de desarrollo de negocios digitales de la que no escapan las empresas tradicionales.

Basta decir que en 2014 la inversión en México en IoT alcanzó los 550 millones de dólares y se espera que este año, llegue a los 620 millones de dólares, un crecimiento de 12.7%.

Sin embargo, no hay que olvidar que Internet de las Cosas también es Internet de las amenazas, en la que todos los dispositivos que puedan acceder a la web pueden representar un peligro para el usuario que no tome las precauciones necesarias, en materia de resguardo de datos y protección en la red. Mundo Contact